Nuestro nuevo menú Aragonés

En La Junquera llevamos más de 70 años siendo un lugar de encuentro en Zaragoza. A lo largo de nuestra historia hemos evolucionado, pero siempre con una idea clara: ofrecer experiencias auténticas alrededor de la mesa. Con nuestro nuevo menú aragonés damos un paso más en ese camino, rindiendo homenaje a la tierra que nos vio nacer y mostrando la riqueza de la despensa aragonesa en todo su esplendor.

Este menú no es una carta más. Es un recorrido por comarcas, paisajes y sabores que forman parte de nuestra identidad colectiva. Queremos que, al sentarte en nuestra mesa, viajes por todos los rincones de Aragón sin moverte de Zaragoza, probando productos con nombre propio que reflejan tradición, autenticidad y cercanía.

Presentación para dar la bienvenida al nuevo menú

Para presentar esta propuesta gastronómica organizamos un evento en nuestra terraza Winter, un espacio abierto y acogedor que se convirtió en el escenario perfecto para la ocasión. Fue una jornada de celebración en la que compartimos con clientes, colaboradores, medios y amigos la esencia de este proyecto: cocinar con respeto al producto, dar voz a los productores locales y recordar que la gastronomía también es cultura.

Durante el evento, nuestro equipo transmitió la importancia de crear un menú que pueda disfrutarse a lo largo de todo un año, adaptado a las estaciones pero siempre fiel a la despensa aragonesa. La buena acogida nos anima a seguir apostando por propuestas de este tipo, en las que cada plato cuenta una historia y cada ingrediente tiene un origen claro.

Descubre el menú Aragones

Nuestra propuesta está pensada para compartir entre dos personas, y combina la contundencia de la cocina aragonesa con la finura que aporta el trabajo en cocina y el respeto por el producto.

Nuestra apuesta por el producto «made in aragón»

Cuando decidimos crear este menú aragonés, el primer paso fue mirar a nuestro alrededor. ¿Qué productos identifican a Aragón? ¿Qué productores llevan generaciones trabajando con mimo y respeto? ¿Qué alimentos hablan de nuestra historia y de nuestra cultura? La respuesta estaba en los campos, en las almazaras, en las granjas familiares y en las bodegas que, con esfuerzo y pasión, mantienen vivo el alma gastronómica de nuestra tierra.

Cada ingrediente que llega a nuestra cocina es fruto de una cadena humana de trabajo y dedicación. La longaniza de Aragón que nos trae la esencia más popular de nuestros pueblos, los pimientos rojos de Santa Engracia braseados con el sabor de lo auténtico, los huevos ecológicos Gazol de Lanaja y los ajos tiernos de Ricla que representan el valor de una agricultura de proximidad, o la chuleta de ternera Piritaurus de Tardienta, criada con respeto por los ganaderos locales y llevada a la brasa con todo el carácter de La Junquera.

A ellos se suma un producto que para muchos aragoneses es memoria viva: la trucha de El Grado, criada en el Pirineo, símbolo de los ríos de montaña y de la tradición de la pesca en Aragón. Al cocinarla al horno con salsa de escabeche, conseguimos un plato equilibrado que conserva la frescura de este pescado tan nuestro y, al mismo tiempo, rinde homenaje a generaciones que lo han disfrutado en sus mesas familiares.

El recorrido termina con el melocotón de Calanda D.O.P., que no necesita presentación: orgullo de la agricultura aragonesa y ejemplo de cómo el cuidado y la paciencia se traducen en un producto excepcional. Todo ello acompañado de vinos de Campo de Borja, tinto y blanco, que muestran la fuerza de una Denominación de Origen que ha llevado el nombre de Aragón más allá de nuestras fronteras. Y como hilo conductor, el aceite de oliva virgen extra del Somontano, con su frescura y carácter inconfundible.

Elegir producto local significa reducir distancias, apostar por la sostenibilidad y garantizar frescura. Pero, sobre todo, significa apostar por las personas. Por los agricultores que madrugan para cuidar sus cultivos, por los ganaderos que respetan el bienestar animal, por los viticultores que conocen cada cepa como si fuera un miembro más de la familia. Sin ellos, este menú no tendría sentido.

En La Junquera no solo queremos ser un restaurante donde se come bien, queremos ser un referente que dé visibilidad al potencial de Aragón, que muestre con orgullo lo que se produce aquí y que invite a nuestros clientes a valorar lo cercano.